sábado, 27 de abril de 2013

XXVII Un mes el Melbourne

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El domingo cumplimos un mes aquí. El tiempo está pasando muy rápido. Estamos teniendo nuestros primeros contactos con el trabajo, aunque no estén siendo del todo buenos, ya es un paso más para ir aprendiendo como se mueve esto.
Esta semana, nuestro compañero de piso (lovely Gary) nos envió un sms avisando sobre una vacante en la cafetería donde suele desayunar. Esa misma tarde nos acercamos, nos entrevistó y al parecer le gustamos. Quería que el trabajo fuese compartido entre Aitor y yo (a veces ofrecen cosas así) y quedamos en que yo empezaría al día siguiente. Efectivamente, fui, trabajé por tres horas (apenas limpiar una cocina y la cafetería, bastante sencillo, lo malo es que la compañera era para echarle de comer a parte) y entonces hablamos de las condiciones de trabajo. Lo primero es que de repente a Aitor ya no lo quería, lo segundo es que quería pagar

jueves, 18 de abril de 2013

XXVI Semana nueva, cosas nuevas

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Hoy cumplimos tres semanas fuera de casa. Nos hemos acostumbrado a la rutina de ir a clases, comer algo preparado de casa en el comedor de la escuela y salir a buscar trabajo. Las cafeterías suelen cerrar a las 5, como la mayoría de las cosas, así que tenemos que aprovechar al máximo las horas que tenemos tras acabar la jornada de estudios.
La búsqueda de trabajo no está siendo fácil. Bien es cierto que apenas llevamos dos semanas buscando, lo normal es encontrarlo al mes según nos dicen, pero uno siempre quiere que las cosas se solucionen antes. Pienso que cometimos el error de venir después de verano, es temporada baja, los trabajadores estacionales se han ido a casa y ahora sólo se queda el personal fijo que funciona el resto del año. Aún con esas, sabemos que es una tarea difícil pero en absoluto imposible, estamos pateando los pequeños suburbs (el centro está copado), cada día escogemos uno y vamos a por él. Entramos a la gran mayoría de los locales con una sonrisa y actitud “friendly”, pero no nos cogen el curriculum en todas partes. Eso sí, el no, nos lo dicen con mucha educación y a veces hasta con pena, lo cual en estas circunstancias se agradece. Hasta ahora nos habían rechazado en algunos lugares por no tener el dichoso RSA, pero ya le hemos puesto solución esta tarde y tenemos la licencia para servir alcohol, ¡un obstáculo menos! Después de casi 6 horas de clase, salimos a las 2.15, comimos y a las 3 ya estábamos en el otro curso. Hemos acabado a las 7 con sobredosis de inglés, creo que no habíamos agudizado el oído durante tanto tiempo seguido en toda nuestra vida.

viernes, 12 de abril de 2013

XXV Second week, learning English!


Esta semana ha sido bastante diferente. El lunes comenzamos el curso de inglés en Fusion English. Hicimos la prueba de nivel, no entramos en el curso de Pocoyó, pero si en el de Dora la Exploradora (Pre-Intermediate). La escuela pinta muy bien, el profesor, Peter, nos encanta porque es súper divertido, todo un showman y se encarga de tenernos despiertos todo el tiempo, aunque resulta algo complicado eso de aprender inglés en inglés, el profe tiene mucha paciencia y lo hace muy bien. Nuestra clase parece la ONU: 4 italianos, 2 colombianas, 1 taiwanesa, 3 coreanos, 1 griego, 1 búlgaro y otros 2 españoles. Lo mejor de todo es que como todos hablamos inglés a medias, nos entendemos perfectamente, estamos muy contentos con la nueva rutina de las mañanas.

sábado, 6 de abril de 2013

XXIV Precios y primeras impresiones


4 macarons por $11
Partiendo de la base de que fuera de Canarias, en la Península, la cesta de la compra nos resulta cara, y que, si salimos de España Europa es más caro aún, Australia es súper caro en comparación a lo que estamos acostumbrados. Nos estamos adaptando a las nuevas marcas, nuevos supermercados y nuevos precios, no es sencillo ya que todo nos parece exagerado, pero tenemos que acostumbrarnos.
Tenemos que pensar que, por poco que cobre, un australiano medio no gana menos de $1000 por semana, eso contando con que no llega a cobrar $30 por hora trabajando 40 horas semanales, por ejemplo, como camarero. Pero por lo que hemos podido ver, los australianos (residentes y nacionalizados, no gente que vive en Australia) tienen un nivel de vida muy alto, se ve en sus coches (BMW, Mercedes, Lamborghini, Hummer, Camaro…), modo de vestir y tecnología que usan (no vemos más que Samsung Galaxy SIII y IPhones everywhere). Con todo esto quiero decir que los precios están adaptados a este nivel de vida, no al de dos jóvenes con poco dinero que vienen a estudiar y no tienen derecho a trabajar las 40 horas semanales.

jueves, 4 de abril de 2013

XXIII Primera semana fuera de casa


Hace ya una semana que salimos de la isla, aún estamos un poco en el aire, son muchos cambios, muchas sensaciones, experiencias y cosas nuevas. Los últimos días han sido buenos, todo es una novedad y no tenemos tiempo de aburrirnos. En una ciudad tan grande, encontramos rincones desconocidos every day.
A orillas del Yarra con Kike y Laura
Hay cosas que hemos ido descubriendo por nosotros mismos, pero ayer tuvimos a dos guías de excepción para cruzar a la parte sur de la ciudad, al otro lado del río. Por fin conocimos a Kike y Laura, del blog Partida y Regreso, llevan aquí dos meses y nos llevaron de paseo. Vimos partes preciosas de la ciudad, como el monumento a los caídos en la Segunda Guerra Mundial, el Royal Botanic Garden y la orilla sur del río Yarra, donde se encuentra la zona olímpica. Casualmente, en uno de los estadios se celebraba el concierto de Robert Plant, el vocalista de Led Zeppelin, y la zona estaba bastante concurrida. Pasamos una tarde muy agradable, conociéndonos entre nosotros, compartiendo impresiones y visitando la ciudad. Gracias chicos, tenemos que repetir.

lunes, 1 de abril de 2013

XXII Chapter 2: Welcome to Melbourne

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Llegamos al hotel a las 9 de la mañana, pero no podíamos entrar a la habitación hasta las 3 de la tarde. A las 10 nos permitieron dejar las maletas así que tuvimos que ir de paseo involuntario hasta que se hiciera la hora. ¡Menuda gracia! Llevábamos 3 días sin ducharnos y sin apenas dormir, así que nuestro primer día fue bastante raro, por no decir desagradable. Andábamos borrachos de sueño, no pudimos disfrutar de las sensaciones de conocer algo por primera vez, más que excitante nos resultaba indiferente, sólo queríamos meternos bajo el agua y dormir.