XVIII 7 days

El jueves próximo a estas horas, estaremos comenzando un vuelo de 13 horas de Doha a Melbourne, ya habremos pasado 6 horas de Madrid a Qatar, y otras 3 para salir de las islas a la capital de España. 28 horas, más de 17.000km, 11 horas más en el huso horario.

Esta semana está siendo bastante rara. Ya he tenido mi primer ataque de tristeza y me he dado de bruces con la realidad (más aún si cabe), nos vamos y a mucha gente de la que estoy viendo, le estoy dando el último abrazo hasta quién sabe cuándo, pero aún me queda lo peor, que son mis padres.

A ellos les estoy dando lecciones de “informática”. He logrado que enciendan el ordenador, busquen el icono de Skype en el escritorio, lo abran y le den al botón de llamar. Todo un hito para dos personas que no saben ni enviar un sms con el móvil, he de reconocer que está siendo bastante divertido. Enseñarle a mi padre que puede leer el Sport y el Canarias7 sin comprarlo ha sido una fiesta, y para mi madre ver que hay más patrones de ganchillo de los que ella saca de las revistas de labores, como si hubiera encontrado petróleo. Ha sido muy gracioso, y revelador a la vez, de lo automatizado que tenemos nosotros esto de internet, sin pensar que para otros es un mundo totalmente ajeno.

La buena noticia para mi en esta semana rara, ha sido que, aunque inexplicablemente en un vuelo intercontinental sólo nos dejan llevar una pieza de 23kg, la maleta me está dando mucho de si. He metido lo que para mi gusto es imprescindible y apenas he llegado a los 13kg, así que más chaquetas, más pantalones y más zapatos, ¡felicidad!. Luego toca decidir sobre el equipaje de mano, como el portátil no se pesa, tenemos 7kg para llevar los objetos de primer orden: documentos, guía de Australia de Lonely Planet para pasar las 28 horas de viaje y la imprescindible cámara de fotos.

Ahora, sólo queda disfrutar de ésta última semana junto a los que queremos y nos quieren.