sábado, 11 de mayo de 2013

XXIX Al lavoro!


Se va viendo algo de luz al final del túnel. ¡¡Aitor ha encontrado trabajo!! Nada de currículums, entrevistas o aplicar por internet. Después de 6 semanas haciendo eso cada día, el trabajo ha salido de una conversación en la clase de inglés con la persona adecuada en el momento adecuado. Aquí entre inmigrantes, tenemos 3 temas básicos de conversación: ¿qué visa tienes?, ¿cuánto pagas p/w en tu piso?  y ¿dónde trabajas/cuánto te pagan por hora?. En una de esas conversaciones, una compañera recordó que el lugar de trabajo de su marido (restaurante italiano) necesitaban a alguien como kitchen hands, lo llamó, habló a la salida de clases con Aitor y al día siguiente empezó a trabajar (grazie bella!). Gustó al dueño y compañeros, y le han pedido que continúe. Es un trabajo totalmente legal, no le pagan del todo mal y no interfiere ni con la escuela ni con la visa, lo cual nos tranquiliza bastante.



Por mi parte, he seguido haciendo lo de todas las semanas, pero con una pequeña anécdota. Estábamos en Federation Square esperando a que fuese la hora de que Aitor cogiera el tranvía al nuevo trabajo, cuando se acercó una chica preguntándonos si buscábamos trabajo. La costumbre de que venga mucha gente diciendo cosas que no entendemos, dijimos que no. Pero nos quedamos con la mosca detrás de la oreja, y quedamos en que yo buscaría a la chica mientras él iba a su primer día de trabajo. Efectivamente, di con ella, estaba ofreciendo puestos a través de una agencia para trabajar con niños que están en el hospital y hacerle su estancia más llevadera (con juegos, canciones y otras actividades) o trabajar en el campo de la protección de animales. A lo tonto, terminé haciendo una entrevista en mitad de la calle. Incluyó, para mi sorpresa, buscar a 3 personas con las que hacer un “choca esos cinco” para comprobar mi nivel de sociabilidad, curioso cuanto menos. Han quedado en llamarme la semana que viene para una segunda prueba, ¡espero pasar la criba!.
Como siempre, hemos ido conociendo lugares nuevos. Ésta semana la sorpresa ha sido St. Kilda. Fuimos por lo de siempre, poner currículums, pero estábamos tan hartos andar todos los días haciendo lo mismo, que dentro del tranvía decidimos cambiar de planes. Hemos visto por primera vez el mar en seis semanas y nos sentó muy bien respirar la brisa, pisar la arena y remojarnos los pies en el agua helada. No recordaba lo que me reconforta ver el mar, mirar al horizonte, saber que la ciudad tiene un límite y que no estamos siempre atrapados en el asfalto. Además, gozamos de una puesta de sol preciosa, lo que nos hizo volver ese día a casa con las pilas cargadas. A partir de ahora será el lugar al que ir a tomar fuerzas porque las cosas no son nada fáciles. Cuando no tenemos la playa, tenemos a nuestros comañeros de clase Carla, Andrea y Jose. Con una cervecita y una tarde en el césped de la State Library of Victoria se nos quitan las penas. ¿Gachai?
Precisamente, durante nuestras conversaciones catastrofistas a cerca del futuro más cercano, pensábamos que debíamos estar haciendo algo mal para llevar un mes aquí y no tener nada. Pero esta semana hemos sabido de mucha gente que está como nosotros. Españoles y no españoles, que llevan aquí el mismo tiempo y, o no tiene trabajo, o el que tienen no les es suficiente para poder vivir. También sabemos de gente que se marcha porque no puede mantenerse (escuchamos muchas conversaciones de ese tipo en la escuela), o que ya han puesto fecha de caducidad a su estancia aquí por motivos puramente económicos. Nosotros sabíamos que esto no es jauja, pero tampoco imaginábamos que costara tanto. Este mes nos hemos visto como en Las Palmas: buscando trabajo todos los días sin resultado alguno. De hecho, aunque Aitor haya encontrado este trabajo ahora, a día de hoy pensamos que no vamos a poder renovar el visado y que en julio volveremos a casa. Los ahorros se acaban, este mes cambiamos de casa y tenemos que estudiar de qué disponemos para alargar esta etapa o ir buscando billete de vuelta.
Australia es maravillosa, estamos enamorados de Melbourne y adoramos lo que el país a la larga puede ofrecer. Pero, a todo el que esté pensando en venir, que lo haga con un buen colchón de dinero y sobre todo, que espere a la primavera para emigrar. Desde España, con la agonía de la maldita crisis, veíamos todo mucho más bonito, pero lo malo también forma parte de la experiencia y como todo, se trata de aprender y seguir adelante. Igualmente, siempre decimos que ni nosotros ni muchos de ustedes pensábamos que llegaríamos hasta aquí, y mira por donde… Here we are! What else?

2 comentarios: