Se
va viendo algo de luz al final del túnel. ¡¡Aitor ha encontrado trabajo!! Nada
de currículums, entrevistas o aplicar por internet. Después de 6 semanas
haciendo eso cada día, el trabajo ha salido de una conversación en la clase de
inglés con la persona adecuada en el momento adecuado. Aquí entre inmigrantes,
tenemos 3 temas básicos de conversación: ¿qué visa tienes?, ¿cuánto pagas p/w
en tu piso? y ¿dónde trabajas/cuánto te
pagan por hora?. En una de esas conversaciones, una compañera recordó que el
lugar de trabajo de su marido (restaurante italiano) necesitaban a alguien como
kitchen hands, lo llamó, habló a la salida de clases con Aitor y al día
siguiente empezó a trabajar (grazie bella!). Gustó al dueño y compañeros, y le
han pedido que continúe. Es un trabajo totalmente legal, no le pagan del todo
mal y no interfiere ni con la escuela ni con la visa, lo cual nos tranquiliza
bastante.
Por
mi parte, he seguido haciendo lo de todas las semanas, pero con una pequeña anécdota.
Estábamos en Federation Square esperando a que fuese la hora de que Aitor
cogiera el tranvía al nuevo trabajo, cuando se acercó una chica preguntándonos
si buscábamos trabajo. La costumbre de que venga mucha gente diciendo cosas que
no entendemos, dijimos que no. Pero nos quedamos con la mosca detrás de la
oreja, y quedamos en que yo buscaría a la chica mientras él iba a su primer día
de trabajo. Efectivamente, di con ella, estaba ofreciendo puestos a través de
una agencia para trabajar con niños que están en el hospital y hacerle su
estancia más llevadera (con juegos, canciones y otras actividades) o trabajar
en el campo de la protección de animales. A lo tonto, terminé haciendo una
entrevista en mitad de la calle. Incluyó, para mi sorpresa, buscar a 3 personas
con las que hacer un “choca esos cinco” para comprobar mi nivel de
sociabilidad, curioso cuanto menos. Han quedado en llamarme la semana que viene
para una segunda prueba, ¡espero pasar la criba!.
Como
siempre, hemos ido conociendo lugares nuevos. Ésta semana la sorpresa ha sido
St. Kilda. Fuimos por lo de siempre, poner currículums, pero estábamos tan
hartos andar todos los días haciendo lo mismo, que dentro del tranvía decidimos
cambiar de planes. Hemos visto por primera vez el mar en seis semanas y nos
sentó muy bien respirar la brisa, pisar la arena y remojarnos los pies en el
agua helada. No recordaba lo que me reconforta ver el mar, mirar al horizonte,
saber que la ciudad tiene un límite y que no estamos siempre atrapados en el
asfalto. Además, gozamos de una puesta de sol preciosa, lo que nos hizo volver
ese día a casa con las pilas cargadas. A partir de ahora será el lugar al que
ir a tomar fuerzas porque las cosas no son nada fáciles. Cuando no tenemos la playa, tenemos a nuestros comañeros de clase Carla, Andrea y Jose. Con una cervecita y una tarde en el césped de la State Library of Victoria se nos quitan las penas. ¿Gachai?
Precisamente,
durante nuestras conversaciones catastrofistas a cerca del futuro más cercano,
pensábamos que debíamos estar haciendo algo mal para llevar un mes aquí y no
tener nada. Pero esta semana hemos sabido de mucha gente que está como
nosotros. Españoles y no españoles, que llevan aquí el mismo tiempo y, o no
tiene trabajo, o el que tienen no les es suficiente para poder vivir. También
sabemos de gente que se marcha porque no puede mantenerse (escuchamos muchas
conversaciones de ese tipo en la escuela), o que ya han puesto fecha de
caducidad a su estancia aquí por motivos puramente económicos. Nosotros
sabíamos que esto no es jauja, pero tampoco imaginábamos que costara tanto.
Este mes nos hemos visto como en Las Palmas: buscando trabajo todos los días
sin resultado alguno. De hecho, aunque Aitor haya encontrado este trabajo
ahora, a día de hoy pensamos que no vamos a poder renovar el visado y que en
julio volveremos a casa. Los ahorros se acaban, este mes cambiamos de casa y
tenemos que estudiar de qué disponemos para alargar esta etapa o ir buscando
billete de vuelta.
Australia
es maravillosa, estamos enamorados de Melbourne y adoramos lo que el país a la
larga puede ofrecer. Pero, a todo el que esté pensando en venir, que lo haga
con un buen colchón de dinero y sobre todo, que espere a la primavera para
emigrar. Desde España, con la agonía de la maldita crisis, veíamos todo mucho
más bonito, pero lo malo también forma parte de la experiencia y como todo, se
trata de aprender y seguir adelante. Igualmente, siempre decimos que ni
nosotros ni muchos de ustedes pensábamos que llegaríamos hasta aquí, y mira por
donde… Here we are! What else?
High five! Me alegro mucho! Felicidades, Aitor, y mucha suerte para tí, Aldara! ;)
ResponderEliminarGracias Chen!!! ^^
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