XXX Cambios que están por venir

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El frío no está hecho para los canarios. Para nosotros estar a cinco grados es algo excepcional y quizá, motivo de celebración, si algún día de invierno vamos a Tejeda (en la cumbre de Gran Canaria para el “extrajero” que nos lea), esperando, la mayor parte de las veces en vano, que caiga nieve. Podemos soportar doce grados como lo hacíamos en Valsequillo, cuando entraba la noche. Pero, ¿esto?. Levantarse cada día a cinco o seis grados no tiene perdón de dios. A esto, hay que sumarle la lluvia y el viento de la Antártida, cuando se juntan los tres elementos es algo horrible. Como dice nuestro compañero de piso, “¡Welcome to Melbourne!”. A pesar del frío tan grande (para nosotros), hemos de reconocer que la ciudad en otoño es preciosa, nunca habíamos visto parques llenos de hojas secas ni las tonalidades rojizas que adquiere el paisaje. Pienso que al ver eso nos podemos olvidar un poquito del “fucking pelete”. También es nuevo para nosotros, eso de vestirnos por capas como las cebollas, jamás me había puesto abrigo cada día. ¡Ay! Cómo se echa de menos el paraíso…

Esta semana hemos tenido buenas noticias con respecto a los cambios que se avecinan y los que han ido sucediendo. Comenzando por el trabajo, en el restaurante están muy contentos con Aitor e incluso le han ofrecido trabajar todos los días, pero la visa no permite ni hacer más de 20 horas de trabajo semanales y mucho menos faltar a clase por ir a trabajar. Igualmente, es bueno saber que es bien recibido en el trabajo, así se uno va a fregar platos con mejor humor.

Las otras buenas noticias vienen por parte de la búsqueda de vivienda, esta semana hemos visto dos casas a compartir con sendas parejas españoles. Una, aunque era preciosa y la pareja encantadora, la descartamos por la falta de conexión nocturna los fines de semana. A Aitor le viene fatal para volver del trabajo a las 12 de la noche. La otra nos parece un apartamento estupendo, bien situado, cerca de playa (¡ay mi mar!) y a pocos minutos andando de una calle bien conocida por sus tiendas y cafeterías, lo que significa nuevas oportunidades para encontrar trabajo. La parte negativa del asunto, es que hasta mañana no sabremos si será para nosotros o no. Como todos sabemos, y más aquí, la necesidad obliga, y si viene una persona dispuesta a entrar hoy mismo en el piso con el dinero por delante, la habitación será para él. Llegamos a un acuerdo y si mañana nadie ha entrado a vivir ahí, esperarán a que nosotros nos mudemos el próximo 31 de mayo. Le he echado mil maldiciones a los posibles candidatos, cruces los ñoños de los pies por nosotros para que mañana podamos decir que ya tenemos nueva casa. Qué penita nos va a dar irnos de ésta.

Con lo que al resto de la semana se refiere, en la escuela ha ido todo muy bien, hemos sacado buenas notas en los exámenes (85/100 y 92/100) y espero que de una vez el profe se decida a subirnos a Intermediate. Si tenemos que irnos en julio, queremos llevarnos al menos una versión mejorada de nuestro inglés macarrónico.

Para terminar, he de decir que ayer me sentí terriblemente desgraciada. Al llegar a casa, había llegado una carta en la que decía que nos había llegado un paquete desde casa. ¡Me puse eufórica! Nuestras familias nos habían hecho una caja con bienes básicos para todo canario: queso majorero, gofio y ambrosías Tirma; además de chorizo, jamón, etc. ¿Con qué se habrá quedado aduanas?. Lo sabremos el lunes, porque cuando llegué a casa ya había cerrado la oficina de correos, así que estamos pasando estos tres días soñando con abrir la caja y pensando en qué comeremos primero.

Mañana sabremos si tenemos casa y el lunes comeremos cositas de la tierra, ¡qué nervios! Los cambios están por venir.

P.D.: Una de números. 30 entradas y rozando las 7700 visitas, esto va in crecendo. Cuando dejen de leernos dejaremos de escribir ;)